Un dia de comisario.

Suena el despertador y son las 5:30 de la mañana, toca levantarse y prepararse la ropa del circuito. Es viernes y hoy empieza el Gran Premio de Fórmula 1 de Valencia, con más ilusión que sueño acabo pronto de prepararlo todo y cojo el coche para recoger a mis compañeros, en mi caso tengo suerte ya que son familia y que mejor que estar con los tuyos.

Antes de las 6:30 hay que dejar el coche en el parking que tenemos asignado, nos recoge un autobús que nos entra al interior del circuito. Allí tenemos la sala de comisarios, donde cogemos los cascos, guantes y los walkie talkie para comunicarse con dirección de carrera. El mismo autobús que nos entra al circuito da vueltas por el trazado dejando a cada uno en su puesto.

Llegados al puesto determinado entre los comisarios se prepara todo el material, se colocan extintores, cepillos, eslingas y sepiolita junto al corte de bionda por donde tenemos el acceso a pista. Una vez todo colocado y los comisarios debidamente uniformados tendrá lugar la inspección de la dirección de carrera, consiste en estar al borde de la pista con todo preparado mientras el Safety Car y el Medical Car pasan observando que todo este en su sitio y preparados para la acción.

Cuando avisan por radio que se abre el pit-lane y empiezan a salir los monoplazas tenemos que estar en todo momento atentos por si tuviésemos que intervenir y saltar a la pista para solucionar cualquier problema que ocurra dentro de mi área asignada. Una vez acaba todo y lo tenemos recogido el camino a recorrer es el mismo pero justo a la inversa, volvemos a casa  y a descansar para estar preparado para el día siguiente.

Esta seria la parte teórica de un día en el circuito de Fórmula 1, claro está que no somos máquinas y que la emoción de estar al lateral de una pista por donde transcurre una carrera de Fórmula 1 es indescriptible. Por veces que hayas visto una carrera siempre te emociona ver salir de la curva un monoplaza, y es que a los amantes de este deporte nos invade la felicidad al verlos pasar. Por el trabajo que ejercemos en el mundo de la competición, nuestro criterio debe ser imparcial. Debes separar las emociones, los gustos, y dedicarte a que todo siga su curso. Bajo nuestra responsabilidad tenemos la vida de los pilotos y la nuestra propia, no hay que olvidar que somos los primeros en llegar al incidente y mucho peor aún si se trata de un incendio.

Hay gente que le puede parecer que solo movemos banderas de colores, pero nunca hay que dejar pasar que tratamos con seres humanos. Todos los años asistimos a cursos de reciclaje, donde nos vuelven a refrescar por lo que estamos ahí. También hacemos cursos con bomberos profesionales para la extinción de incendios y movilización de heridos.

En definitiva puede parecer que somos unos privilegiados, y en parte lo somos. La vibración de la pantalla del casco al pasar, el sonido, que somos participes de la carrera de Fórmula 1 es una sensación única y que vivo con enorme pasión. Más si cabe la experiencia que me tocó vivir en junio de 2012 al darle la bandera de España a Fernando Alonso.

Fotos: @tabalervrg

@pelut66