Un año más la carrera
que cierra el mundial de motociclismo se ha vivido en el circuito Ricardo Tormo
de Cheste. El Gran Premio de casa por excelencia, este año con la incertidumbre
de saber quién sería el campeón de las categorías de Moto3 y MotoGP. Sin duda
era un plus para el circuito y la afición, una motivación extra para todos
nosotros, teníamos la posibilidad de exhibir la imagen de todo al mismo tiempo
que disfrutábamos del mundo de la competición.
Tenía muchas ganas de
poder volver a estar con mis compañeros del circuito, ya que en otros
certámenes que se disputan en dicho trazado, el número de compañeros es
claramente inferior. Esta vez no tocaba viajar mucho, como en el pasado mes de
septiembre que estuvimos en Motorland, Alcañiz. Tengo la suerte de vivir a 15
minutos del circuito de Cheste, tener de compañeros a familia y buenos amigos.
Además que este año volvía a estar a mi lado mi mujer, el circuito colgó el cartel de “entradas
agotadas”, así que la X de la ecuación estaba bien despejada para que todo
saliese perfecto.
El viernes tras
quedar con los compañeros y hacer las compras pertinentes, nos fuimos al
circuito. A las 7 de la mañana debíamos estar allí, así los 3 días, con lo que
había que madrugar todos los días. Con tanta ilusión por lo que nos
devenía el sueño se perdía por el camino
yendo por la AP-7 hacia el circuito. Llegábamos de noche y siempre veíamos
amanecer desde el circuito, fotografiándolo siempre y compartiéndolo por las
redes sociales. Tras los dos últimos años con mal tiempo, el viento y la lluvia
le dejaron el paso al sol y el calor. Hizo un fin de semana perfecto, y los
entrenamientos del viernes se disputaron con dos intervenciones en nuestro
puesto.
El sábado no tuvimos
ninguna caída, pero el domingo en la carrera de Moto3 volvimos a tener dos
caídas. Este año tuve la suerte de tener que subir al remolque en el que
transportamos las motos accidentadas a su respectivo box, pasando por delante
de las gradas que este año estaban repletas. Un buen momento para ver como
marchaba la carrera al tiempo que el remolque iba en marcha. La emoción de las
3 carreras fue desmesurada, se decidieron campeonatos, se acercaron los pilotos
a la grada donde sus fans estaban esperándolos y la afición se volcó con los pilotos
españoles.
En lo deportivo han
sido las mejores carreras que he podido vivir en directo, en lo personal
también ha sido el mejor fin de semana que he pasado en un circuito. Al
terminar nuestras labores nos íbamos al paddock para conseguir alguna foto y
firma con algún piloto, en ese aspecto
fue el mayor momento de risa con mis compañeros. Conseguimos lo que nos
propusimos, mi mujer al final pudo ver y hablar con Aleix Espargaró, con el
cual tenemos unos aspectos en común. Yo pude hablar otra vez con Jordi Torres,
piloto que me cae muy bien y que siempre te recibe con una sonrisa. Con él tuve
especial filin, el sábado en mitad del paddock me lo crucé con su scooter y se
me ocurrió hacerle su famoso #kneeground,
paro la scooter y nos saludo. El domingo tras su gran carrera, en la vuelta de
honor volvimos a repetir la escena, esta vez con todos los comisarios del
puesto lo que originó que parase la moto y nos abrazásemos a él. Fue un gran
momento, sin duda, habrá gente que piense que no es para tanto e incluso veo
comisarios de aquí y por otros circuitos que no viven el mundo del motor como
yo.
Tampoco quiero
que lo vivan al extremo que yo, cada uno es feliz a su manera o tal vez
expresan los sentimientos de otra forma, pero la nuestra es esa. Vivirlo lo mejor
posible sin tener que pensar en que dirán, o si está bien hecho o no. Somos
responsables de nuestras actuaciones y siempre llevamos la premisa de saber lo
que hace falta en el momento adecuado, tenemos dos jefes de puesto con
nosotros, nos conocemos bien todos y cada uno sabe su función para que todo
salga perfecto.
Rodeado de amigos todo es mejor, he
vivido un fin de semana perfecto, con amigos en la grada a los que me encanta
poder haber invitado a ver un Gran Premio de Motociclismo. Sé que lo disfrutaron,
pero yo más de saber que estaban felices ya sea en la grada o en el puesto
conmigo.
Ahora toca esperar al próximo año para
volver a tener las mismas sensaciones, porque después de lo bien que todos lo
pasamos el año que viene seguro que quieren repetir.
@pelut66
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